11 de agosto de 2010

Los amantes, por Ricardo Piglia.


"Los amantes jamás se encontraban; se dejaban ver detrás de los cristales, se enviaban retratos y fotografías y sólo mantenían relaciones epistolares. Cartas sentimentales, pornográficas, exasperadamente informativas, cartas falsas que reconstruían vidas inexistentes, cartas de una sinceridad suicida, eran intercambiadas en silencio por esos hombres y mujeres solitarios y ardientes".

Ricardo Piglia. Prisión Perpetua.

1 comentario:

  1. Que buena anécdota para escribir, me sugiere Leandro Alba, un compañero de la Fribuay FM 90.7, dolido por las muertes de Laiseca, Rivera y Piglia (que es como decir Farro, Pontoni y Martino, pienso yo, recordando aquella mítica delantera del ciclón que ganó el campeonato de 1946).
    Sin embargo Leandro se refiere a la primera de las charlas de Ricardo Piglia sobre Borges en canal 7, en el año 2013.
    Habían armado para él una escenografía complicada, porque debía subir y bajar a un estrado sorteando dos escalones extrañamente peligrosos, en un estudio tenuemente iluminado, y ustedes saben que Piglia era un interlocutor movedizo, bastante miope y sobretodo, como diría Spinetta, muy gesticulador.
    Y así fue. Después de terminar su primera introducción, al grito de “corten” pronunciado por una productora, se bajaron las luces y Piglia, al dar el primer paso, cae de cara al suelo y se da un golpe tremendo. Tengo en mi memoria la imagen de que ni siquiera puso las manos sobre el piso para amainar el impacto. Como si hubiera sido muy imprevisto y sobre todo innecesario caerse así.
    Pero sucedió.
    Todos los que estábamos presentes nos preocupamos mucho, a pesar de que Ricardo se paró inmediatamente, desapareció entre bambalinas para reaparecer 10 minutos después, como si nada, e iniciar el segundo bloque.
    Y aunque ustedes no lo crean, cuando terminó de hablar en la segunda parte, volvieron a apagarse las luces y Piglia volvió a caerse, está vez trastabillando y sin golpearse en la cara como la primera vez.
    No corrigieron la escenografía en las semanas siguientes. Sin embargo el escritor siguió motivándonos con su apasionada manera de hablar y de contar aspectos relacionados con la vida y la obra de Borges.
    Porque no corrigieron esos escalones que tanto malestar le provocaron a Ricardo, no lo sé. Tal vez él mismo dijo “dejen todo como está, yo voy a enfrentar esta situación así como se me presentó”.

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