Hoy en día, se quejaba el señor Keuner, son innumerables los
que se ufanan públicamente de poder escribir grandes libros totalmente en
solitario, y esto es algo que todo el mundo aprueba. El filósofo chino Xuang
Tse escribió aún en su edad madura un libro de cien mil palabras, integrado por
citas en sus nueve décimas partes. Libros semejantes no pueden ya escribirse en
nuestros tiempos, pues falta el espíritu necesario. Por eso sólo se fabrican
ideas en el propio taller, y quien no las produce en cantidad suficiente se
considera a sí mismo un holgazán. Cierto es que así tampoco hay ninguna idea
que pueda ser adoptada ni formulaciones de ningún pensamiento que pueda ser
citado. ¡Qué poco necesita toda esa gente para desarrollar su actividad! ¡Una
pluma fuente y algo de papel es lo único que pueden mostrar! ¡Y sin ninguna
ayuda, con el escaso material que un solo hombre puede transportar en sus
brazos, construyen ellos sus cabañas! ¡No conocen edificios más grandes que los
que es capaz de levantar una sola persona!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario