10 de abril de 2009
CUADERNO BESTIARIO 11: Arenques.
“En otra fuente, una historia natural del mar del Norte publicada en Viena en 1857, leo que el arenque, durante los meses de primavera y de verano, emerge de las oscuras profundidades en unas cifras insospechadas, que ascienden a millones, para desovar a modo de capas superpuestas en las aguas costeras y en los fondos del mar poco profundos. Y hay que subrayar con un signo de admiración que cada hembra de arenque deposita setenta mil huevos, que, en el caso de que cada uno de ellos se reprodujese sin impedimento alguno, según los cálculos de Buffon, correspondería en breve a una cantidad de pescado equivalente a veinte veces el volumen de la tierra. Las críticas registran con frecuencia los años en que toda la pesca del arenque amenazaba con venirse abajo por su catastrófico exceso. Incluso se informa de que el viento y las olas impelían enormes bancos de arenques contra la costa y los arrojaban a la tierra, donde cubrían la playa por un trecho de unos cuantos kilómetros y de medio metro de profundidad. La población de las ciudades limítrofes sólo podía recoger con la pala una cantidad mínima de semejantes cosechas de arenques que después almacenaba en cestas y cajas. El resto se descomponía al cabo de pocos días y ofrecía la imagen más espantosa de la naturaleza asfixiándose en su propia profusión. Por otro lado, era frecuente que los arenques evitasen los lugares acostumbrados, empobreciendo, en consecuencia, regiones costeras en su totalidad.”
“Una vez divisado el banco de arenques, se capturaba mayormente por la noche, y como indica la historia natural del Mar del Norte ya citada, con redes de sesenta metros de largo que atrapaban casi un cuarto de millón de peces, y confeccionadas en gruesa seda persa y teñida en negro, ya que se sabía por experiencia que un color más claro espantaba al arenque. Y es que las redes no rodean a la presa, sino que se mantienen rectas en el agua, como una pared contra la que los peces nadan llenos de desesperación hasta que las branquias se enredan en las mallas, para después estrangularse durante la extracción y recogida de las redes, que dura unas ocho horas. Por esta razón, la mayoría de los arenques ya está muerta cuando se la iza fuera del agua.”
“Ya alrededor de 1670, más de ochocientos mil holandeses y frisios, una parte considerable de la población total, se dedicaban exclusivamente a la pesca del arenque. Cien años después la cantidad de arenques capturados al año se estima en sesenta mil millones”.
“Cuando la vida abandona al arenque, éste muda sus colores. El costado se torna azul, las mandíbulas y las branquias rojas inyectadas en sangre. Entre las particularidades del arenque también cuenta que su cuerpo muerto comienza a fulgurar en el aire. Esta curiosa fuerza lumínica, parecida a la fosforescencia y sin embargo radicalmente distinta, alcanza su apogeo pocos días después de la aparición de la muerte, y mengua según el pez va descomponiéndose.
Durante mucho tiempo, incluso creo que aun el día de hoy, sigue siendo inexplicable la razón de la luminosidad de los arenques muertos”.
Citas extraídas de "Los anillos de Saturno", de G.W.Sebald
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