14 de julio de 2018

Bertolt Brecht. "El animal predilecto del señor K".



Cuando le preguntaron al señor K. cuál era el animal que más apreciaba, nombró al elefante y fundamentó su predilección en los siguientes términos:

-El elefante combina la astucia con la fuerza. Pero no es esa astucia mezquina que basta para rehuir una asechanza o agenciarse la comida sin llamar la atención, sino la astucia que dispone de la fuerza para realizar grandes empresas. Dondequiera que haya estado este animal deja una amplia huella. Pero es bondadoso y entiende las bromas. Es un buen amigo, como también un buen enemigo. Ser tan grande y pesado no le impide ser veloz. Su trompa lleva hasta su enorme corpachón los alimentos más menudos, incluso las nueces. Sus orejas son intercambiables: sólo escucha lo que le conviene. También alcanza una edad provecta. Y es un animal sociable, no sólo con los elefantes. En todas partes es tan amado como temido. Cierta ironía ha hecho posible que hasta pueda ser objeto de veneración. Tiene una piel muy gruesa, en la que los cuchillos se quiebran. Pero su temperamento es tierno. Puede entristecerse y encolerizarse. Le gusta bailar. Muere en la espesura. Ama a los niños y a otros animales pequeños. Es gris y sólo llama la atención por su corpulencia. No es comestible. Sabe trabajar bien. Le gusta beber y se alegra. Y algo hace por el arte: suministra marfil.

(En Historias del señor Keuner).