29 de agosto de 2008
LA POÉTICA DE CHEJOV. ALGUNAS ESTRATEGIAS TEXTUALES 1
Desde que tuve mis primeros contactos con las obras de Chejov nunca pude hasta ahora desprenderme de una sensación de perplejidad. Estas piezas están escritas de un modo que difícilmente uno pueda encontrar en los autores que lo anteceden. Sin embargo, podrían rastrearse sus influencias en muchos de los autores que lo han seguido a lo largo del siglo XX. ¿Por qué nos fascinan las obras de Chejov? ¿Por qué estas obras significan un modelo de escritura para cualquier dramaturgo, por la profundidad alcanzada y el nivel de complejidad de cada uno de los personajes? ¿Por qué estas obras significan un desafío para cualquier director que se aboque a la tarea de poner una de sus obras? ¿Por qué razón el menos importante de los personajes de Chejov requiere del actor que vaya a encarnarlo un esfuerzo que otros personajes de otros autores no requerirían? ¿Cuáles son las estrategias que Chejov utiliza para escribir obras tales como La Gaviota, Tío Vania o El jardín de los cerezos? ¿Por qué cuando leemos tales obras o las vemos en el teatro no podemos dejar de sentir que nada en ellas es mecánico, nada en ellas está guiado por la intención del autor, sino que en cada una las situaciones y los personajes “fluyen” por cursos que jamás pueden preverse de antemano? En efecto, difícilmente uno pueda entrever en qué momento este autor manipula los personajes o las situaciones para lograr determinado efecto. ¿Cuáles son los procedimientos que Chejov utiliza para construir sus obras?
La idea de este escrito es comenzar a abrir un camino que permita descubrir algunos de los procedimientos que Chejov utiliza para construir sus obras, los cuales, una vez revelados y analizados pueden ser incluidos en una teoría más vasta, una teoría de la dramaturgia.
El error
Uno de los recursos fundamentales que Chejov utiliza, es a nuestro entender, el del error o la equivocación. Todos los personajes de Chejov prácticamente sin excepción, desde el más importante al más insignificante, están desde el principio de cada una de las piezas, en una situación equivocada. Y la falta de conciencia sobre la verdadera naturaleza de la situación en la que se encuentran necesariamente los conduce a actuar de manera errada, inconveniente. Es decir, todos y cada uno de los personajes padecen una situación de descentramiento: debido a sus errores ninguno encuentra su lugar, y esto genera en cada uno un sentimiento de profunda insatisfacción, explícita o velada. Los personajes de Chejov nunca pueden tener exacto conocimiento (ni siquiera aproximado) de la situación por la que están atravesando. Todos los personajes revelan un enorme desconocimiento de la realidad en la que están sumergidos y una incapacidad para enfrentar los problemas que las circunstancias les imponen. Por esta razón sus expectativas pocas veces se cumplen, o nunca. La dramaturgia de Chejov tiene su base de sustentación en esta incapacidad de sus personajes. Estos nunca llegan a “ver claro” qué es lo que sucede. Y por lo tanto nunca logran saber qué deberían hacer para modificar sus respectivas situaciones.
Esta situación equivocada en la que los personajes están inmersos Chejov la presenta ya desde las primeras líneas. Tomemos por ejemplo La gaviota: desde el inicio del primer acto advertimos que Medvedenko, un maestro rural que se queja permanentemente de su pobreza, está enamorado de Masha, la hija del administrador, que no le corresponde y lo trata don displicencia. Primera equivocación: querer entablar una relación sentimental con alguien que no lo querrá y probablemente lo hará infeliz. Masha, por su parte, se sugiere desde las primeras líneas, está enamorada de Treplev, hijo de la famosa actriz Arkádina, hermana de Sorin. Rápidamente advertiremos que tampoco Treplev repara en Masha. Pero para tener un cuadro completo de las equivocaciones que se presentan como la condición de la pieza, creemos conveniente considerar todos los personajes: Sorin, hermano de Arkádina y dueño de la finca en la que se desarrolla la obra, ya desde el inicio expresa una situación de descentramiento permanente que él mismo atribuye a su condición física: Sorin reflexiona que nunca pudo estar correctamente arreglado, nunca pudo evitar tener la apariencia de un borracho y por esa razón siempre le fue difícil conquistar mujeres, seducirlas. Sorin cuenta su fracaso desde el inicio: de sus objetivos, casarse y hacerse escritor, no pudo cumplir ninguno de los dos. Por su parte, el descentramiento de Treplev también tiene aristas múltiples: obligado a vivir rodeado de las celebridades que permanentemente acuden a la casa de la madre por lo cual se siente permanentemente disminuido, no sólo intenta transfomarse en escritor sino que propone una nueva concepción del teatro que su madre, actriz exitosísima, no puede ni aceptar ni comprender. La novia de Treplev, Nina, que siente que la obra de Treplev no tiene “personajes vivos” también parte de una situación inicial de descentramiento: idealiza a Trigorin, la pareja de Arkádina y sin conocerlo le atribuye una cantidad de cualidades, sin advertir que en realidad está totalmente deslumbrada por la fama del escritor, por lo cual desprecia a Treplev, que a esa altura dista mucho de ser exitoso, y se enamora de Trigorin. Todas estas insatisfacciones cruzadas se sintetizan en la frase que Chejov pone en boca del médico del cual está enamorada sin éxito Polina Andreievna, la esposa del administrador. Dorn dice: “Qué nerviosos están todos”, resumiendo así el estado de cada uno de los personajes del que parte el autor para construir su obra, un estado de profunda inestabilidad. Cabe aquí una reflexión sobre el espacio en Chejov. No es casual la elección de un espacio abierto como el de la finca. Es un espacio como este el que hace posible la interacción de los personajes, con los consiguientes cruces y desarrollo de situaciones. Esto hace que las obras de Chejov estén configuradas según una estructura muy particular. Su escritura se ocupa de desplegar el mundo de cada uno de ellos en un fragmento definido de tiempo. Este despliegue tiene consecuencias determinantes en su dramaturgia: cada personaje representa una línea de acción independiente que no necesariamente terminará por constituir una línea de acción principal.
Héctor Levy-Daniel
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