10 de agosto de 2009
CUADERNO INFANCIA 44
En el cine con mi tía Chiquita. Una de las pocas veces que recuerdo haber ido al cine con ella. Estamos en un típico cine de barrio de Villa Urquiza y dan un programa triple del cual recuerdo solamente dos películas: El fantasma de Barbanegra y El lechero con Dany Kaye, una especie de comodín de los cines de esa época. Hay una cantidad enorme de chicos, lo cual me hace ahora pensar que estamos en plenas vacaciones de invierno y seguramente por eso también yo estoy viviendo unos días en lo de mi tía. Los chicos dentro del cine arman un desbarajuste descomunal. Gritos y más gritos entre película y película. Y alaridos también durante la proyección. En un determinado momento, sin que haya sucedido nada que lo justifique, todos los chicos patean el piso con ambas piernas como si se hubieran puesto de acuerdo. Ese zapateo coordinado espontáneamente me produce una felicidad que voy a recordar siempre. Pero más satisfacción me da comprobar que, en la butaca de al lado, mi tía patea el piso como cualquier otro chico, con toda la energía de sus dos piernas. Mientras sigue zapateando me ofrece una sonrisa inolvidable que denota y contagia una profunda alegría de vivir.
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2 comentarios:
qué lindo!!!
absolutamente genial!!!
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