26 de mayo de 2012

Roland Barthes: La función del relato.


“La función del relato no es la de “representar” sino la de constituir un espectáculo que nos sigue siendo todavía bastante enigmático, pero que no podría ser del orden mimético; la ‘realidad’ de una secuencia no está en la sucesión ‘natural’ de las acciones que la componen, sino en la lógica que en ella se expone, se arriesga y se satisface; podría decirse, de otro modo, que el origen de una secuencia no es la observación de la realidad, sino la necesidad de variar y sobrepasar la primera forma que se ofreció al hombre, a saber, la repetición: una secuencia es esencialmente un todo en el que nada se repite: la lógica tiene aquí un valor emancipador y junto con ella todo el relato; puede suceder que los hombres reinyecten en el relato todo lo que conocieron, todo lo que vivieron: por lo menos, así es en una forma que, ella sí, ha triunfado sobre la repetición e instituido el modelo de un devenir. El relato no hace ver, no imita: la pasión que puede inflamarnos al leer una novela no es la de una “visión” (de hecho, nosotros no ‘vemos’ nada) es la del sentido, es decir, de un orden superior de la relación, que posee, también él, sus emociones, sus esperanzas, sus amenazas, sus triunfos: ‘lo que pasa’ en el relato, no es, desde el punto de vista referencial (real) nada, lo que ‘adviene’ es únicamente el lenguaje, la aventura de lenguaje, cuya llegada no deja de ser festejada”.

Cita extraída del luminoso artículo de Roland Barthes "Introducción al análisis estructural de los relatos"

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